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BENEFICIOS CIENTÍFICOS DEL YOGA Y LA MEDITACIÓN


A los lectores de este blog no es necesario que me esfuerce mucho en convencerlos de los beneficios de una sesión de yoga y seguramente muchos ya han experimentado también el poder transformador de la meditación. Para aquellos yoguis que tienen curiosidad por saber algo más de lo que pasa por nuestro interior cuando le prestamos un poco de atención, os cuento a continuación el hallazgo de un estudio. Al final encontrará la bibliografía y un glosario (términos marcados con un *) Si quiere ir más a fondo.

Lo que tienen en común técnicas milenarias como el yoga, la meditación, la repetición de mantras o la oración es que inducen a un estado de relajación corporal a partir de centrar la mente en el aquí y el ahora. Mediante la concentración con la respiración o la repetición de una frase sencilla se consigue con un poco de práctica dejar de lado los pensamientos que nos bombardean el cerebro de manera constante (recordar, planificar, pensar ...) y se induce un estado de relajación corporal que se denomina de manera fisiológica Respuesta de Relajación (RR) (1,2,3). Hasta ahora existían estudios que demostraban los beneficios del yoga tanto en síndromes psicológicos como la depresión o la ansiedad como en síndromes físicos como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión (4,5,6). Estos estudios demostraban cambios a nivel fisiológico producidos por la respuesta RR que mejoraban sustancialmente los efectos nocivos de la respuesta contraria, la respuesta fisiológica inducida por el estrés (1,2,3). El estudio publicado este mes de Mayo en la revista científica PLoS ONE (7), y llevado a cabo en los hospitales, Massachusetts General Hospital y Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston, Massachusetts, da una posible explicación a nivel aún más profundo de los cambios a nivel molecular que explicarían los efectos fisiológicos inducidos por la RR. Este estudio se llevó a cabo sobre un grupo de personas que no habían tenido contacto previo con técnicas meditativas, y se les analizó la expresión de ciertos genes * mediante una muestra de sangre antes y después de una sesión de relajación de tipo meditativo. El estudio demuestra cambios al alza en la expresión de genes relacionados con el metabolismo (genes mitocondriales * y secreción de insulina), y genes relacionados con el envejecimiento (la protección contra el estrés oxidativo * y genes necesarios para el mantenimiento de la longitud de los telómeros *). Asimismo, el estudio demuestra una clara tendencia a la baja de aquellos genes directamente relacionados con la respuesta fisiológica al estrés (nada de procesos inflamatorios). Es especialmente interesante, que al analizar el valor de la expresión de los mismos genes en un grupo de practicantes habituales de técnicas meditativas, se encuentran las mismas tendencias al alza o a la baja pero mucho más acentuadas y constantes (7). Así pues los practicantes  habituales de estas prácticas no están sólo mejorando su calidad de vida diaria sino que están protegiendo su cuerpo de los efectos nocivos del estrés de una manera continuada. El estrés es una respuesta fisiológica necesaria para poder reaccionar ante un peligro repentino, o de una situación que pide un cierto estado de alerta, ya sea conducir en un día de atasco, estudiar para un examen o dar una clase o una conferencia de la mejor manera posible. El problema es que el ritmo de vida frenético de la sociedad actual hace que la demanda de estado de alerta sea constante y supera nuestra capacidad de reacción. Cuando este estado de alerta se prolonga en el tiempo, la respuesta fisiológica de estrés continuado trae consecuencias fisiológicas y psicológicas nocivas; procesos inflamatorios que afectan a diferentes órganos, exceso de oxidación metabólico, subida de la presión arterial, así como el angustia, la ira o el insomnio entre otros (1,2,3). Iniciarse en la meditación no es pan comido y el primer día que te sientas a meditar te parece imposible que algún día consigas pararte allí, entre un pensamiento y otro, no obstante con un poco de constancia se avanza en la práctica de relajar el cuerpo y la mente. Este estudio demuestra que conseguir unos 10-20 minutos de relajación diaria es suficiente para poner en marcha unos mecanismos moleculares que nos protegen de los efectos nocivos del estrés. Dado que es difícil echar el estrés de manera completa en nuestro día a día, quizás vale la pena intentar practicar alguna de estas técnicas. A pesar de no podremos notar sus efectos moleculares, seguro que conseguiremos poner un poco más de paz en nuestros días de una manera poco complicada y que necesita de muy poco para poder practicar. Glosario Molecular: A nivel de molécula, en este caso quiere decir a nivel de la molécula de ADN (ácido desoxirribonucleico) que es aquella que almacena la información génica en unidades funcionales discretas llamadas genes. Gen: Un gen es una secuencia lineal de ADN que es esencial para una función específica, ya sea en el desarrollo del organismo o en el mantenimiento de una función fisiológica normal. Mitocondrial: Que proviene del mitocondrias, orgánulos celulares que generan la mayor parte de los suministros de trifosfato de adenosina (ATP) que necesita la célula como fuente de energía química. Estrés oxidativo: El estrés oxidativo es un fenómeno causado por un desequilibrio entre la producción de oxígeno reactivo y la capacidad de un sistema biológico de detoxificar rápidamente los reactivos intermedios o reparar los daños producidos. Telómero: Estructura que se encuentra al final de los cromosomas lineales y que es necesaria para la correcta división de la célula. Su longitud está relacionada con el envejecimiento celular.

Nuestra co-fundadora de la escuela ofrece cada semana una meditación guiada gratuita online , un esapcio en el que sentirse en compañia pero conectada con tu raíz.

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