El problema no es morir: una lección de Yoga para estas vacaciones
- Gordana Vranjes

- 13 ago
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 ago
Estoy tumbada en una hamaca de algodón fuerte. Al principio pensé: ‘ojalá aguante’. Ahora ya confío en ella… y me ayuda a dejar ir.
El sonido del río me acompaña. Y de fondo, imposible no oírlos, los cuatro adolescentes que tengo cerca.
Estamos en la casa de Uwe & Susana, en medio de un bosque, y por si no fuera suficiente, al lado de un río. El escenario perfecto… y aun así, incluso el escenario perfecto no garantiza la felicidad.
Estamos aquí gracias a Susana, su mujer, que fue alumna de nuestra Formación de Yoga Online. Gracias ❤️. Pienso a menudo en que muchos hacen nuestra formación de Yoga diciendo que no quieren enseñar… y, sin embargo, todos enseñamos todo el tiempo. A veces de forma consciente, otras sin darnos cuenta. Enseñamos cómo reaccionamos a lo que nos gusta y a lo que no, cómo nos tratamos a nosotros mismos, cómo buscamos —o no— ser felices.
Porque siempre hay retos. Uno de los adolescentes ha desarrollado un TOC en los últimos meses. Podría verlo como “vaya lío”, o podría verlo como lo que es: una oportunidad para practicar lo que el yoga nos enseña.
El momento perfecto es ahora
La felicidad se suele posponer. Se espera para cuando todo esté en orden, para cuando lleguen las vacaciones, para cuando los hijos se comporten, para cuando la vida encaje como creemos que debería.
Y como dice Bronnie Ware en The Top Five Regrets of the Dying, a menudo ese momento nunca llega.
Uno de los arrepentimientos más repetidos es: “Ojalá me hubiera permitido ser más feliz.”
Las justificaciones suelen sonar así:
“No puedo ser feliz si la casa está desordenada,si mis padres son así,si mis hijos no sueltan el móvil en la cena,si mi pareja no cambia…”
En yoga, el primer sutra de Patañjali dice: Atha Yoga Anuśāsanam. Yoga es ahora. No cuando todo esté perfecto. No cuando sea fácil.
En nuestras formaciones de yoga —tanto presenciales en Barcelona como online,— insistimos mucho en este primer sutra. No es un concepto bonito para colgar en la pared; es una práctica que transforma cómo vivimos cada día.Aprender a traer la mente al presente es el inicio real de cualquier camino de yoga.
La enseñanza de Uwe
Conocí a Uwe en clases particulares. Alto, fuerte, alemán, despierto. Le quedaban pocos meses de vida, pero nadie lo hubiera dicho al verlo.
De nuestro poco tiempo juntos me quedó una frase que todavía escucho en mi memoria:
“Solo la observo, y nada más.”
Hablaba de su hija de ocho años.
En sus últimos meses había aprendido a observar sin intentar cambiar,
sin resistirse, sin aferrarse.
Esa es la invitación para estas vacaciones: bajar las expectativas, observar y conectar con los nuestros, incluso cuando la mesa esté sin recoger o la habitación desordenada.

En nuestras formaciones de yoga, presenciales y online, recordamos una y otra vez que este sutra no es solo teoría. Es una invitación a vivir con atención plena, a habitar el presente y a dejar que desde ahí comience el verdadero camino del yoga.
Celebrar lo que es
La escritora Joan Ryan lo expresa así:
"Ser madre es criar —y celebrar— al hijo que tienes, no al que pensaste que tendrías. Se trata de entender que es exactamente la persona que debe ser. Y que, si tienes suerte, quizá sea él el maestro que te convierta en la persona que tú debes ser."
Este mensaje no es solo para madres. Aplica a nuestros padres, a nuestras parejas, a nuestros amigos… y a la vida misma.
Mini-práctica de Yoga para hoy
Hoy, prueba a observar a alguien que quieres durante un minuto. Hazlo con los ojos de amor:
Sin queja.
Sin pensar en cómo podría ser mejor.
Como si fuera la última vez que lo ves.
Es la misma mirada que Uwe tuvo hacia su hija. Y es la misma que podemos cultivar en medio de cualquier circunstancia, perfecta o no.
Por eso en nuestra formación de yoga no enseñamos solo posturas. Enseñamos a estar presentes, a escuchar sin juzgar, a encontrar calma incluso en medio del ruido.Porque, como me recordó Uwe, la vida sucede ahora, y es ahora cuando podemos elegir cómo vivirla.
Cierre
En estas vacaciones, en la hamaca de Uwe, recuerdo su frase:
“Solo la estoy observando. Es increíble.”
Y me ayuda a soltar el desorden, el móvil en la mesa y cualquier expectativa que me robe el momento. Porque vivir y ser feliz solo es posible aquí. Ahora.



