Llevo unos días un poco preocupada, nada grave, sólo me rondan por la cabeza algunas pequeñas preocupaciones por mis hijos. De repente me asaltan pensamientos como, por ejemplo, si tienen los amigos adecuados, el posible fracaso escolar, las redes sociales, si tienen buena salud.
Los que me conocéis sabéis que esto es un poco impropio de mí. Sabéis que tengo fe en el universo y que creo que todo está en su sitio, aunque a veces no lo parezca.
Entonces analicé mi situación: ¿qué ha pasado? ¿qué ha cambiado? Tengo varios pilares que me sostienen y que trato de cuidar como, por ejemplo, la práctica de Yoga, la alimentación, los buenos amigos y el contacto con la naturaleza. Sin embargo, me di cuenta que últimamente había perdido mi momento de conectar con mi lado más emocional (recitar un mantra por la mañana, poner una vela y cerrar los ojos) Dentro del Yoga, esto es a lo que se llama Bhakti Yoga.
El Bhakti se traduce como «devoción», y para mi va muy ligado al el concepto de Isvara Pranidhana, que desarrolla Patanjali en sus Yoga Sutras.
Isvara Pranidhana es la creencia que somos parte dentro de un plan más grande que nuestro «pequeño plan individual» que pensamos para nosotros y para los nuestros. Es la confianza en un plan universal, en el que tienes un papel muy importante, y que es tan perfecto que puedes estar seguro de que te encuentras en el sitio y en el momento adecuado para que aprendas algo. Isvara Pranidhana es la entrega hacia la conexión entre tu Yo y el Universo, tu Yo y la naturaleza, tu Yo y Dios.
El Yoga no es ‘hacer’ la unión con la fuente divina, sino saber reconocerla
Como toda relación, la que hay entre tu Yo y tu Yo Divino debe ser cultivada, y para ello tenemos el Bhakti Yoga, llamado también el Yoga del corazón. Es aquí donde aparece la fuerza para reconocer la perfección de cada momento (y digo fuerza porque a veces hace falta en situaciones que no parecen tan perfectas a priori).
El Bhakti Yoga se practica a través de la oración, los cantos devocionales y de mantras, las ceremonias y un momento íntimo delante de un altar. Es así como puedes nutrir ese lazo invisible con tu Yo Divino y entender con el corazón que el universo te está apoyando y respaldando en cualquier momento.
La importancia de tu altar
Seas consciente de ello o no, todos anhelamos un sentido de lo sagrado en nuestras vidas. Ya sea que se trate de un tiempo sagrado, un espacio sagrado o relaciones sagradas, existe un anhelo humano por lo que debe ser respetado y respetado.
Tener un altar en tu hogar es una forma en la que puedes conectarte con esas cosas sagradas y con tu espiritualidad a diario. El altar es tu pequeño espacio para inspirarte y expresar tu gratitud. Un recordatorio muy real y muy simple de lo que es importante para ti y en lo que estás trabajando. Los objetos que hay en él, representan todos estos objetivos e intenciones y te recuerdan que permanezcas en tu camino.
¡Por un cuerpo sano, una mente clara y un corazón fuerte! Mucho love.
POR GORDANA VRANJES
Fundadora de Mandiram Yoga
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