Tan difícil es empezar desde cero como empezar de nuevo. Sobre todo si has probado las mieles del Yoga y ahora te sientes culpable por no seguir dándote algo que te sienta bien. Tal vez ha sido un embarazo. Una lesión. Unas vacaciones (en este grupo me incluyo). Porque has tenido más trabajo de lo habitual. O quizás tienes alma de arquitecto y has construido unas buenas barreras mentales que ahora te parecen imposibles de superar. No importa cuáles hayan sido las razones por las que no has conseguido desenrollar de nuevo tu esterilla. El Yoga no debería ser un policía golpeando a tu puerta exigiéndote que practiques más, sino que te enseña a trabajar con lo que ya existe y a apoyarte en tus límites. Por esta razón, hay una buena noticia para ti: todos hemos estado en ese túnel. El viaje de regreso existe.
top of page
bottom of page