Es una situación habitual cuando profesores o practicantes de yoga nos reunimos y aparece en escena el tema de las dietas. Es entonces cuando, los que comen carne, lo dicen con cierta reserva, casi en un tono de «confesión», ya que la dieta yóguica se reconoce – en términos generales – como una dieta vegetariana. Es más, en algunas escuelas son muy estrictos al respecto y ser vegetariano lo convierten en un requisito para acceder a las enseñanzas. En nuestra Formación de Profesores el tema del vegetarianismo siempre trae discusiones apasionadas pero nunca debemos olvidar que… ¡el mayor reto como yoguis es practicar la tolerancia!
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