top of page

¿No puedes dormir? 6 ayudas imprescindibles

Actualizado: 17 sept

¿Te ha pasado que justo cuando apagas la luz y por fin te tumbas… tu cabeza decide arrancar? Recuerdos, listas de pendientes, conversaciones imaginarias. Como si la almohada fuera el despacho de tu psicólogo. O peor: tu peor enemigo.


Hubo un tiempo donde lo que más me gustaba era sentarme en un café y observar el mundo. O bien perderme durante horas con mi Walkman. Ese espacio vacío de “no hacer nada” era un lujo.


Hoy parece que siempre tenemos que estar ocupados. Y cuando no, rellenamos el hueco con el móvil.

La explicación es más simple (y lógica) de lo que parece: durante el día no dejamos huecos. Saltamos de una cosa a otra, y los pocos minutos “vacíos” —el bus, la cola del súper, incluso el baño— los rellenamos con pantallas.


Entonces, ¿cuándo tiene tu mente tiempo de procesar lo que vives? Exacto: cuando llega la noche.

El problema es que, si esto se repite, tu cerebro empieza a asociar cama = hora de reflexionar. Y claro, en vez de dormir, te activa. Esa es una de las causas más comunes de la ansiedad nocturna.

La buena noticia: igual que se aprende, se puede desaprender. Aquí tienes prácticas sencillas de higiene del sueño que funcionan y que además se conectan con el yoga:



Mujer descansando profundamente o durmiendo

6 Ayudas contra la ansiedad nocturna


  1. Crea espacios vacíos durante el día

    Cinco minutos aquí o allá. En el bus, entre citas, tomando un té después de practicar. Haz nada. Ese “nada” es tu entrenamiento. Si te preguntas por qué no puedes dormir por la noche, muchas veces la respuesta está en que tu mente no tuvo tiempo de parar antes.

  2. Escribe sin filtros

    Coge un papel y vuelca lo que tengas en la cabeza: sin ortografía, sin orden, sin sentido. El simple hecho de escribir ya saca los pensamientos de tu mente, como cuando sacas la basura de casa. Y para rematar, tira ese papel a la basura (sí, lo puedes romper en mil pedazos).

  3. Oscuridad total

    La ciencia lo respalda. El Dr. Andrew Huberman explica que la exposición a luz intensa de noche retrasa la melatonina. En otras palabras: la luz le dice a tu cerebro “¡sigue despierto!”. Solución: oscuridad absoluta. Y si hace falta, ponte una máscara de dormir. Es uno de los pilares de la rutina de sueño saludable.

  4. Rutina horaria

    Acuéstate siempre a la misma hora. Idealmente, antes de las 22h ya deberías estar dormido. Igual que tu práctica de yoga gana con la regularidad, tu descanso también. Los mejores consejos para dormir bien empiezan siempre con lo mismo: constancia.

  5. Ten a mano una relajación guiada

    Aquí viene el paralelismo: Savasana no es dormir, sino aprender a sentir el cuerpo y salir de la mente. Y eso es justo lo que necesitas cuando no puedes parar de pensar. El yoga para dormir mejor no significa hacer posturas a medianoche, sino entrenar tu sistema nervioso con la relajación. Por eso te recomiendo preparar antes tu recurso: en nuestra App tienes varias meditaciones, ejercicios de respiración y relajaciónes guiadas para escuchar antes de dormir. Usa la contraseña MANDIRAM y pruébalas.

  6. Dispositivos fuera del dormitorio

    Asociamos actividades con espacios. En la cocina te da hambre. En el baño haces lo que tienes que hacer. En la esterilla te apetece practicar. Tu dormitorio debe ser solo para dormir y para… ya sabes 😉. Si quieres mejorar la calidad del sueño, esta regla es básica: el móvil se queda fuera.



Dormir bien no es un lujo


Dormir bien no es un lujo, es la base de todo. Sin descanso adecuado, todo lo demás sufre: concentración, humor, práctica, relaciones.

Lo mismo pasa en yoga: nadie empieza con la postura más difícil, se empieza por la base. Y tu base es el descanso.

Prueba estas 6 prácticas un mes. Dale a tu cuerpo la oportunidad de reaprender.


El yoga entrena tu mente y tu cuerpo para dormir mejor


Al final, eso es lo que hacemos en cada clase de Mandiram Yoga: sacudir el cuerpo —porque sin movimiento no hay buen descanso—, aprender a buscar la respiración en momentos turbulentos, entrenarnos en relajarnos y concentrarnos. En otras palabras, aprender a guiar la mente en lugar de dejarla fuera de control… que es justo lo que ocurre cuando no conseguimos dormirnos.

Y aunque todo esto ya está presente en la práctica, no siempre lo tenemos en mente. Practicar con esta consciencia cambia la perspectiva… y cuando cambia la perspectiva, cambia todo.

 
 

Entradas relacionadas

bottom of page